ALEJANDRA OROZCO

Fue el 23 de octubre de 2006 cuando My Chemical Romance, la banda conformada por los hermanos Way, Ray Toro y Frank Iero, lanzó 'The Black Parade', un disco considerado uno de los mejores de su época. 

Se trata de una ópera rock, donde Gerard Way supo plasmar su fascinación por la muerte como una obra de arte, inspirados en los grandes exponentes del género como Queen, David Bowie, Pink Floyd o The Beatles  para convertirse en el himno de todos esos adolescentes –más de uno de nosotros entraba en ese rango- a quienes la vida les pesaba, como un desfile negro.

El material forma parte del legado de la banda, que se separó en 2013 y no parecen estar cerca de un reencuentro, sin embargo destaca por su estética, so sonido y su arte, y por darle identidad a toda una generación que dejó de reprimir sus sentimientos, identificándose con el personaje central del disco, un paciente enfermo de cáncer.

El quinteto de Nueva Jersey le permitió a su audiencia sentir y expresar sus sentimientos de enojo, ira, incomprensión y desilusión, a través de temas como ‘Teenagers’, ‘Cancer’, ‘Welcome to the black parade’ o ‘Disenchanted’, en uno de sus grandes trabajos de estudio.

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