Puede sonar exagerado, no es una muerte fulminante pero la radio agoniza si sus locutores pierden identidad. Hace años, cuando Internet era aún escaso, resultaba comprensible las listas de ventas repletas de artistas de grandes multinacionales, simplemente porque muy  pocos conocían otras opciones. Luego de los 2000 Internet abrió universo inacabable de cultura musical al alcance de un clic, entonces la lógica aplicaba: Si cualquier mortal podía conocer, disfrutar y compartir música de calidad superando los circuitos tradicionales de promoción aquello era el fin (o casi) del artista prefabricado, de los grupos convertidos en superventas, del mainstream imperante. 

Hoy, casi dos décadas después, reviso los artistas que arrasan en las listas de ventas y me pregunto ¿En qué falló en el silogismo disyuntivo? ¿Perdimos la emoción de descubrir canciones? ¿Cómo me convertí en una rockera amargada?

En un mundo plagado de líneas editoriales limitadas mentalmente en lo que a música se refiere, se cuentan con los dedos del estómago las cadenas de radio que satisfacen a ese sector que vomita con el sonido comercial de turno. Los intereses económicos aplastan a la radio creativa, ese medio moldeador que debería educar audiencia, una señal que sobrevivió a la llegada de la tv por su condición de ventana musical. En este sentido, los grandes circuitos radiales suenan las mismas 40 canciones para mantener su estatus, pero esa guerra la tienen perdida a no ser que evolucionen.

Luego tenemos el hecho de que no solo tienen hegemonía absoluta en la radio, te las ponen en la disco, los bares, el gimnasio, la playa y el abasto. Eso por no hablar de las series de tv que te quieren vender a Pitbull desde el primer al último minuto de la temporada. De modo que nos vemos asfixiados sin salida gracias a esa obra del demonio llamada Top 40 latino. ¿Están viviendo los medios una decadencia exponencial de la que jamás saldrá y que ellos mismo propician a generaciones futuras? 

No critico la música comercial, no critico a sus oyentes. No le voy a pedir a Taylor Swift que se pase al rock progresivo o a One Direction que cante sobre el lado oscuro de la luna, pero cada vez el Top 40 pone el listón en niveles más bajos. Llegará un momento en el que tendremos que cavar un hoyo para seguir bajando. ¿O ya lo hicimos?