Mi amor por las bandas sonoras de películas es obvio. Siempre que puedo trato de escribir sobre ello ya que siento que la buena musicalización de una película es tan importante como la misma dirección; la música nos hace sentir. No importa el género, no importa el artista, si lo sientes, importa. Da igual si otros lo consideren como gusto culposo, si te hace sentir es porque la mezcla audiovisual está repercutiendo a tal nivel sobre ti, que vale la pena hablar de ello. 

Cada que puedo trato de hablar de las bandas sonoras de mis series o películas favoritas porque eso es lo que hacen en mi; vienen a cambiar todo el panorama sobre lo que estoy viendo y comienzo a sentir de lleno e identificar todavía más con la escena o personajes. 

Si has seguido mis columnas, sabrán que soy fanática del cine, series de televisión y al mismo tiempo soy melómana de corazón. Me encanta que mis pasiones se puedan entrelazar, poder hablar de ambas y que cada vez más personas puedan compartir sobre sus gustos y sobre qué los mueve. 

Puede haber muchas mezclas entre estas pasiones; hay veces que la musicalización de una película es mucho más fuerte que la película en sí. Hay veces que la película es tan poderosa que la banda sonora pasa a segundo plano, y aunque sí llama la atención, no camina de la mano a diferencia de cuando la película o música  son tan perfectos que no quieres que la escena se termine; que todo es tan pulcro que te sientes tan identificado que te gustaría que la escena durara horas con tal de seguir viendo tal espectáculo audiovisual. 

El poder de la musicalización a veces es subestimado; pensamos en grandes bandas sonoras como la de Eddie Vedder en ‘Into The Wild’, o en Air con ‘The Virgin Suicides’, que, no por demeritar su excelso trabajo (siendo estos dos unos de mis ost favoritos) al final caen en el hoyo comercial. El universo de la música en el entretenimiento es tan grande que muy pocas personas han podido entrar de lleno a tal monstruo. Pongamos el ejemplo del gran Ennio Morricone; este compositor italiano ha sido el autor de crear llanto, emoción, alegría y miedo, todos en una sola película; es el culpable de poder producir nervios de punta con una sola nota musical. Ha sido el ganador del Óscar por Mejor Banda Sonora en el 2016 por darle vida a la musicalización de la penúltima película de Quentin Tarantino ‘The Hateful Eight‘,  así como largometrajes que, tal vez hayas ido creciendo con ellos o tal vez no, como ‘La Misión’ o ‘Cinema Paradiso’, pero sin duda películas de culto. 

¿Tenemos que darle introducción a Hans Zimmer? Este compositor alemán es el autor y modelo a seguir de millones de músicos alrededor del mundo por ser de los pioneros en integrar la música electrónica en arreglos orquestales; ha ganado el Premio de La Academia por su trabajo en ‘El Rey León’, y es mano derecha de Christopher Nolan al ser el encargado de la música en películas como ‘Inception’, ‘Interstellar’ o  ‘Dunkerque’, todas nominadas al Óscar por Mejor Banda Sonora. 

La lista sigue y seguirá, porque al igual que la música y el cine, jamás dejará de existir. Cada minuto que nos da el Séptimo Arte es digno de apreciarse, nos deja un poco de alegría y escape de la realidad de este mundo en constante cambio y agobio. Recuerden siempre que la música los hace sentir, no importa quién y cuándo, si la sientes, fluye.