JOE BORUNDA - Guitarrista de Hello SeaHorse!
(Twitter: @joeborunda)
El año que vio la despedida de tantos músicos y leyendas, también fue uno de propuestas muy interesantes, sobre todo ambiciosas en el ámbito musical. Y no es de extrañarse, con tanta turbulencia política, tanta información transmitida en medios electrónicos, tantos cambios y la imperiosa necesidad de adaptarse; los artistas son filtro de los tiempos que estamos viviendo. Sin embargo, lo que más me llamò la atención que casi todos los lanzamientos celebrados y más aclamados de este 2016, no se quedaron tan solo en publicar un álbum. Sus materiales se vieron acompañados de películas, libros, videos de larga de duración y hasta obras inconclusas con la intención de sobresalir entre el vasto mar de música nueva.
Tal es el caso de discos como el 'Lemonade' de Beyonce, 'A seat at the table' de Solange, su hermana menor. Ambos discos aclamados por la crítica y quizá el primero el mejor del año Beyonce acompañò su álbum con lo que bien sería una película con la colección de videos realizados para cada corte del álbum. Solange acompañò su material de un libro que profundiza en el pensamiento y la crítica social que caracterizo su álbum. Otros artistas no se quedaron atrás. Kanye West lanzo su 'The life of Pablo' que es una obra en continuo desarrollo. Puedes escuchar versiones distintas de su álbum en distintas plataformas de streaming.
David Bowie se fue, pero no sin antes dejar algo a su ya increíble legado, su último álbum B''ackstar' es la colaboración de músicas entrenados en el jazz con su rock icónico. Esto a su vez desemboco en lo que será un musical de Bowie que llegará a los teatros de Broadway.
Radiohead reclutaron al tremendo director Paul Thomas Anderson para su tema 'Daydreaming'. El video inspiro también la realización de un cortometraje.
Nick Cave lanzo su más reciente álbum entre la tragedia de perder a su hijo, cuyo fallecimiento quedo plasmado también en una película.
Así como estos ejemplos existen muchos más de artistas que no se ven limitados más por el formato tradicional del álbum de larga duración. Lo que queda claro es que para sobresalir en este medio ya no es suficiente con producir un gran disco. Pareciera que los fans están hambrientos de más de sus artistas favoritos.
Yo por mi lado me siento abrumado. Sencillamente me resulta imposible dedicarle la atención que demandan varios de estos artistas. Inclusive de bandas que he seguido casi religiosamente, es muy difícil dedicarle el tiempo que exigen estas obras. Tal vez es la edad, tal vez es la nostalgia de los noventas que esta tan presente hoy día. Pero extraño la sencillez de producir un álbum. Una dosis digerible de información. Un material que dure justo el trayecto del trabajo a la casa. No más, no menos.
¿Qué hizo un álbum en el 2016? ¿Y que hará uno en el 2017? Si algo tienen en común estos artistas es que todos están muy lejos del anonimato. Se trata de bandas y artista de mucho peso que cuentan con la capacidad de invertir fuertes cantidades en sus producciones. Para todos los demás que somos un David junto a cualquier Goliath de ellos, solo nos queda arrojar una buena pedrada para sobresalir. Un buen tema. Sin mucho recubrimiento. Solo una gran canción. Claro que todos los ejemplos mencionados tienen grandes canciones. Tal vez en el futuro lo dejen en eso. Así, sencillo, sobrio.