SAÚL OCAMPO

(Twitter; @misterzul)

La 'Bruja Cósmica', un artífice del movimiento hippie, una voz desgarradora que tenía la capacidad de transmitir emociones, esa era Janis Joplin, la cantante y activista detrás de las adicciones, su compleja vida y su falta de autoestima, todo ello era la vocalista que después de su muerte se volvió en un mito.

Al igual que los fallecimientos de sus similares como Jimi Hendrix o Jim Morrison, con quienes formaría un tercio descomunal del 'Club de los 27', las teorías acerca de su muerte son hasta la fecha discutidas por ciertas circunstancias que jamás han sido dilucidadas del todo.

El caso es que Janis era una chica tímida, acomplejada, alienada de sus compañeros en la escuela, siempre cuestionando su atractivo físico, pero con una voz envidiable. Un buen día decidió que suverdadera vocación era la música y la vagancia cuando viaja a California para probarse y conocer a la banda Big Brother & The Holding Company con quienes participó en el festival de Monterey de 1967, un año después de que comenzara su carrera profesional en el rock y el blues. Para 1968 ya había lanzado el nuevo álbum con la banda, ‘Cheap Thrills’, el cual resultó todo un éxito, se había establecido en el ambiente y sobre el escenario era un torbellino de inspiración y melancolía.

Solo le quedaban tres años para convertirse en leyenda. Para 1969 publica ‘I Got Dem Ol’ Kozmic Blues Again Mama!’, con la banda The Kozmic Blues Band que no fue tan bueno como el ‘Pearl’, del que ya no sería testigo de su gran obra, publicado en 1971 y grabado con la banda Full Tilt Buggie.

Sin embargo, para esas fechas y antes de entrar al estudio, cada vez estaba más consumida  por su adicción al alcohol y la heroína, su banda no funcionaba como ella deseaba y la presión la tenía hecha  añicos,  por lo  que  en  febrero de 1970  realiza  un viaje a Río de Janeiro, Brasil para desintoxicarse y descansar del tan agitado momento que sufría.

A su regreso conoció a Seth Morgan, de quien se enamoró, el ánimo que envolvía a la artista era el ideal para continuar ahora con la canción, ‘Buried Alive In The Blues’, en el estudio Sunset Sounds Recorders de Los Ángeles con su nueva banda, pero las personas parecieron siempre decepcionar a la gran Janis, parece que a pesar de sus esfuerzos por ser amada se fueron al caño.

Tal cual, su reciente novio no la visitó y se había enterado de su fiesta de excesos que incluía mujeres, aunada también, a la ausencia de una de sus amigas Peggy Caserta, eso pareció herirla en su entusiasmo, pues quizás para celebrar lo bien que iba la producción o para soltar sus penas con su amigo Ken Pearson, decidieron acudir en la noche a un bar y de ahí recalar en el hotel, dentro de su solitaria habitación.  ​

La tragedia siempre pareció coquetear con ella, como una historia del romanticismo del mundo moderno, en el que para olvidar las llagas que implica a veces un noviazgo, volvió a recaer en el alcohol y la heroína, al otro día un cadáver yacía en la habitación ahogado y descubierto por su manager John Cooke.

Misterio   e   incertidumbre   rodeó   su   fallecimiento...  ¿Ni   una   sola   jeringa? ¿Heroína   pura? Simplemente alguien que le distribuía la droga pudo haberle suministrado su último jalón y quedar postrada sobre el suelo mientras se hundía una vez más en el abismo del que nunca volvería a salir, esta vez no, Janis, esta vez en realidad sí estabas sola y triste.