HÉCTOR DELGADO

(Twitter: @cerohd)

El 29 de marzo de 1980, The Dark Side Of The Moon cumplió 303 semanas en la cima de los álbumes más vendidos en USA. La cifra, ya de por sí impactante, no se detuvo ahí: Floyd estuvo aún 408 semanas de manera continua dominando las listas de ventas de vinilos en su categoría.

Sin embargo, el récord no concluyó en ese momento. Billboard mudó el álbum a la categoría “Top Pop Catalog Chart” (en donde se encuentran referencias clásicas desde Led Zeppelin a The Rolling Stones) y ahí siguió campante y vigente hasta completar 759 semanas. The Dark Side es un caso único ya que hasta 2006 mantuvo sus posiciones en cuanta lista fuera diseñada para reseñar ventas. Al ser considerado como una excepción, la obra maestra de Floyd completó 1500 semanas  indiscutibles, con lo que hace un mérito difícil de alcanzar, al menos en las vidas de los melómanos que crecimos escuchándolo en vinilo, cinta, CD, MP3 y ahora en streaming.  

Es significativo que Marzo, el mes del anuncio de la primavera, sume tantas preseas para la banda de Gilmour, Mason y...Waters. En 1973, The Dark Side Of The Moon forjó el carácter de una banda que venía haciendo devaneos con la experimentación sonora, había perdido en las brumas de las drogas a su primer líder y comenzaba a manifestar una pulsión autodestructiva entre sus dos cabezas visibles, Gilmour y Waters, acongojados cada uno por el peso de la culpa en relación con el aislamiento de Barret.

Sin embargo, la tensión personal de ambos se tradujo en una explosión creativa que dio a luz un trabajo imperecedero bajo el atento seguimiento de todos los que pasaron por los estudios Abbey Road entre diciembre de 1972 y enero de 1973. La producción de Alan Parsons, la colaboración de Wright, Mason, la voz de Clare Torry, los vientos de Dick Parry, entre otros, dieron forma a un material que había sido gestado entre giras, angustias existenciales y una situación social asfixiante que prefiguraba la retoma del poder por parte de los conservadores británicos en la década del ochenta. 

Como Waters afirmó en 2003, cuando la gira de reunión era materia de discusión entre abogados de la banda: “ The Dark Side Of The Moon es un revulsivo de todo el dolor que sentíamos así como la partida del gran amigo, usurpado por la oscuridad de su enfermedad mental” Un hito que no desearon igualar, pero que sí tuvo eco en sus álbumes y actitudes posteriores, muy especialmente en el megalómano bajista.

Es vox populi que The Dark Side Of The Moon tuvo varias experiencias en vivo que permitieron a la banda pulir al máximo el material así como ahondar en sus tensas relaciones interpersonales. Pero también es correcto afirmar que de no ser por esta obra maestra, que tuvo a su disposición la mejor ingeniería de sonido de la época, el legado de Pink Floyd no sería tan incontestable como lo percibimos ahora: millares son las iniciaciones musicales que ocurrieron con este disco, en cualquiera de sus formatos.

Marzo, Martius en latín, es el primer mes del calendario romano y, por el simbolismo, es el tiempo del equinoccio que corresponde a que la duración del día equivale a la de la noche en todo el planeta...Es en ese momento de oscuridad en que podemos apreciar la total belleza de la cara oculta de la luna, aquella que tan bien transmitieron los Floyd en ese mágico año de 1973.