REDACCIÓN QRP

El cantante y compositor italo-argentino Luca George Prodan, creador de Sumo, una de las bandas de rock más importantes de Latinoamérica, cumpliría 64 años.

El líder de Sumo había nacido en Roma, el 17 de mayo de 1953, siendo el tercero de cuatro hermanos: Michela, Claudia y Andrea, este último también músico. Luca llegó a Argentina en los años 80, escapando de su adicción a las drogas, en especial a la heroína que lo llevó al coma luego de entrar en una profunda depresión por el suicidio de su hermana Claudia en 1979. Comenzó su recuperación en La Cumbrecita, una localidad rural de la provincia de Córdoba junto a Timmy McKern un amigo de sus años de colegio en Escocia. Allí trabó amistad con el guitarrista Germán Daffunchio y el cantante Alejandro Sokol. Juntos comenzaron a componer temas y agregaron al equipo a la baterista Stephanie Nuttal en lo que sería la primera formación que hizo su debut en Caroline´s Pub de la localidad de El Palomar.

Luego se establecen en Hurlingam, en el Gran Buenos Aires, y quedarían Prodan en voz, Daffunchio en guitarra, Sokol en batería y Diego Arnedo en bajo que junto al saxofonista Roberto Petinatto dejarían su marca en el mundo del rock. El guitarrista Ricardo Mollo y el baterista ‘Superman’ Troglio también formarían parte de la agrupación.

Luca será recordado como un frontman sensible, con gran personalidad en el escenario y una fuerte mezcla de estilos, siendo pionero en cantar en inglés en Sudamérica y mezclar todo tipo de influencias como el punk, el reggae y el rock sinfónico.

Con cinco discos de estudio y temas inoxidables como ‘La Rubia Tarada’, ‘Mañana en el Abasto’, ‘El Ojo Blindado’ y ‘Debedé’, Sumo se disolvió en 1988.

En 1987 Luca Prodan dio el que sería su último recital, el 20 de diciembre en el Club Atlético Los Andes de Buenos Aires. ‘Ahí va la última’, dicen que gritó al micrófono cuando interpretó ‘Fuck You’ la última canción del concierto. Dos días más tarde lo encontraron muerto en su casa del barrio porteño de San Telmo, debido a una cirrosis hepática. Muchas de las paredes del vecindario siguen escritas hasta el día de hoy con la frase: ‘Luca not dead’.