MIXAR LÓPEZ - Periodista
(Twitter: @nomenclatura)
“Jimi Hendrix destacó principalmente por su virtuosismo con la guitarra”. “Hendrix es considerado uno de los más grandes guitarristas de todos los tiempos por varias publicaciones musicales y " escritores " ”. “Considerado como el mejor guitarrista de todos los tiempos”. “Jimi Hendrix en su fugaz paso por la " vida " dejó una huella imborrable en el mundo de la música”. “Su virtuosismo, potencia y originalidad para tocar la guitarra marcaron para siempre la historia de este instrumento”. “En el rock hubo un antes y después de Hendrix”. “Le bastaron solo siete años en la escena para convertirse en pieza fundamental de la historia del rock”. “Hendrix humilló públicamente a Clapton”. (Háganme el favor) “Hubo un Elvis, y hubo un Hendrix”. “Hendrix rompió barreras, fue un innovador, cogió influencias de muchos estilos y los hizo suyos, los llevó a un nivel totalmente diferente”.
Suena excesivo, ¿no es así? ¿No hay alguien escribiendo una diatriba contra ese hombrecillo de afro ridículo nacido en Seattle en 1942? ¡Vamos! Fue un guitarrista completamente sobrevalorado.
Junto a los reportajes de guerra, la información que más se venden son los redundantes elogios a Hendrix. No quiero decir que Hendrix haya sido un mal guitarrista, era solo un interprete de mediano talento, de módico talante y mediocre altura. ¿Por qué tanto revuelo? Ritchie Blackmore sí es una cosa inexplicable, merece el Olimpo y algo más. Hendrix solo fue un payaso, alguien sobreproducido, e incluso acicalado por sus managers. El tipo no podía ni ponerse un blazer por sí solo, de ahí viene toda esa ropa ridícula utilizada en los escenarios, y esa payasada del Monterey Pop Festival, cuando el guitarrista hizo malabares con su instrumento y una mímica de actos sexuales reprimidos, tocó las cuerdas con sus dientes, por detrás de la espalda, contra el soporte del micrófono e incluso contra el amplificador, causando un “acople” pavoroso, y demás actos circenses, como incendiar su guitarra en el escenario, en vez de tocar dignamente su instrumento y sentir algo de respeto por él.
Yo mismo he visto a Kim Gordon hacer esas mismas cosas, pero con más competencia y obvio, mucha más sensualidad.
Me molesta la “psicodelía” de Jimi Hendrix, su plasticidad, sus indumentarias, sus reefs insufribles y megalómanos, su legión de hijos bastardos por todo el mundo y su cara ridícula en todas las portadas.
Solo le agradezco el haber muerto como los verdaderos hombres, como lo hicieron Edgar Allan Poe, John Bonham y Bon Scott, ahogados en su propio vómito.
Que no venga otra vez la burra al mismo trigo, no hay peor astilla que la del mismo palo, y Hendrix es redundante.