2016 nos sorprende y nos sigue sorprendiendo con las valiosísimas pérdidas que hemos tenido en el mundo de la música. Ayer, le tocó el turno a George Michael de decir adiós y como ya e costumbre, cada quien cuenta sus historias de cómo el músico impactó sus vidas a través de las redes sociales. No haré eso.

Tenía en mente, desde hace unos días que visité la muestra #DuffyBowieCDMX en el Museo de la Ciudad de México, tratar de escribir algo que rindiera el mejor homenaje para el mejor músico que nos hubiera dejado este año. Pero… ¿quién y qué dice qué es el mejor?

A decir verdad, todos y cada uno de ellos tienen algo que decirnos, vivos o ya fallecidos, y es lo que frecuentemente llamamos “su legado”. Han sido PERSONAS que nos han puesto a pensar. Más allá del fanatismo y de los 400 mil datos que podamos saber de uno o de otro. Han sido personas con un mensaje que compartir y con una voz para hacerlo, sin importar lo que el mundo o la sociedad pensara al respecto. Lo más importante: han CREÍDO. Y allí, allí es cuando todos nos hicimos seguidores.

Consciente o inconscientemente, este año cumplo 10 años trabajando para la música y, gracias a Dios, eso me ha permitido ver y vivir en la vida de muchos que cientos y miles siguen. He sido seguidora, he sido estratega. Ambas caras de la moneda las he disfrutado por igual. Al sol de hoy, las sigo disfrutando al igual que muchos de esos buenos amigos que me ha dado la vida, lo hacen.

Al final, todos seguimos a alguien más. ¿Y por qué? Sencillo. Porque ese alguien más nos ha entregado algo con lo que sentirnos identificados, algo que nos ofrece valor, algo que nos acerca y nos hace partícipes de algo más grande, a lo mejor conocido, a lo mejor no. Sin embargo, ha sido la entrega más noble de todas: nos ha dado sus creencias y nosotros las hemos aceptado al punto de hacerlas nuestras.

2016 ha removido cualquier cantidad de sentimientos, sin importar el género de nuestra predilección. Nos ha puesto a pensar de nuevo en Prince, en Bowie, en George y en todo lo que ellos y todos los que nos dejaron este año, significan.

Hoy, 26 de diciembre, estoy segura que más de un joven recibió una guitarra, una batería o hasta un saxofón de regalo de navidad y sueña con convertirse en el próximo Elvis, [Louis] Armstrong o [Keith] Moon. Si ese joven eres tú que me lees y además quieres hacer de ese sueño un propósito, y de ese propósito una realidad este 2017, tengo un único mensaje para ti: “Do your thing!” (o lo que es lo mismo, ¡Haz lo tuyo!). Cree, empodérate, trabaja muy duro y lógralo. Allí estaremos para escucharte.

Feliz Año Nuevo 2017 y cómo dijeron alguna vez John Lennon y Yoko Ono: “La guerra ha terminado (si tú quieres)”.