FERNANDO BASTIDA - Director de Quarter Rock Press
(Twitter: @FerQRP)
La banda a la que le habías dedicado tiempo y esfuerzo estaba por comenzar una espectacular gira hacia el estrellato. Sin embargo, tu estabilidad mental y tu vida personal no marchaban del todo bien. Te estabas divorciando de tu esposa y constantemente sufrías de ataques epilépticos que empeoraban tu salud, tus miedos, y sobre todo, ponían en riesgo tu vida.
Un día decidiste observar una de tus películas favoritas en la sala de tu casa. Los minutos de 'Stroszek' (1977), filmada por el alemán Werner Herzog, transcurrían mientras tu cabeza no dejaba de dar vueltas. La desolación y desesperación no te abandonaron. Instantes después decidiste escuchar el clásico disco 'The Idiot', de Iggy Pop, para finalmente colgarte en el techo de tu sala y acabar con el sufrimiento.
Recordado por darle voz y personalidad a una de las grandes bandas de todos los tiempos, como Joy Division, nacido en Manchester, Inglaterra con el nombre completo de Ian Kevin Curtis.
Esa inconfundible voz de barítono te permitió encabezar a una agrupación que alcanzó niveles de leyenda, justo después de tu partida al más allá. Y sin saberlo, lograste encaminar el destino de la música, a pesar de que te sentías incomprendido y padecías de varios trastornos; además de que motivaste la formación de infinidad de agrupaciones (empezando por New Order) y el desarrollo de identidades musicales que hoy en día continúan su evolución.
El empresario Tony Wilson, el productor Martin Hannett, el bajista Peter Hook, el guitarrista Bernard Sumner y el baterista Stephen Morris fueron tus compañeros y te auxiliaron en los momentos de crisis; siempre te respetaron por tu forma de componer y cantar en la banda antes conocida como Warsaw.
Tus dos únicos largas duraciones, 'Unknown Pleasures' (1979) y 'Closer' (1980), fueron el medio que empleaste para intentar escapar de tus complicaciones y sentimientos depresivos, pero sin lograr deshacerte del destino que te esperaba.
Al ser rechazado por tu esposa Deborah justo cuando te disculpaste por tus infidelidades y le pediste otra oportunidad para salvar su matrimonio, no tuviste otra escapatoria, dejando de lado una hija y todo lo que habías conseguido apenas a los 23 años de edad.
Fue así como llegaste a esa terrible decisión el 18 de mayo de 1980. Una noche en la que en la comodidad de tu casa, al encender la televisión y poniendo la aguja del tocadiscos, tomaste la medida que te llevó a convertirte en un verdadero ícono del Rock.